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Frikilibro:Mi extraña relación con una bola de boliche llamada Gary

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Muerto

El autor de este artículo, al parecer, se ha ido a una de sus citas al WC y suponemos que murió como el desdichado de aquí a la izquierda.

Así que en su memoria, no seas cabrón, ponle más chorradas al artículo.

«¿Qué tiene de raro? Mi mejor amigo es un cuchillo.»

~ Hannibal Lecter sobre sus amistades.


«Su nombre es como el de mi caracol, este debe ser un buen libro.»

~ Bob Esponja al leer el título de este libro.


«A mí me parece bien, yo tuve un amigo burbuja después de todo.»

~ Bob Esponja al leer este libro.


Un día de invierno

En serio me emocionaba cuando estábamos juntos.

Como olvidar a mi fiel amiga, la conocí una lluviosa tarde de invierno a las 12:37 pm (el clima estaba destinado para nuestro encuentro). Mis amigos me llamaban raro, es más decían que no me conocían y que ni siquiera sabían mi nombre, ni porque los perseguía y decía que no eran mis amigos; pero claro, se les había olvidado todos esos ratos que pasamos juntos. Ese día estaba solo, escondido debajo del lavamanos del baño de huéspedes y mi perro había dejado de hablarme, cómo de costumbre tiene un carácter bastante difícil y tiene problemas para expresarse. Triste por lo sucedido con mi madre; su problema de alcoholismo y la fuerte violencia que ejercía sobre mi pobre y desvalido padre, me emborraché en una sala de Bowling junto a unos amigos que tenían mucha cerveza y usaban escoba. Ahí la conocí, tan brillante, ella no tuvo que decirme nada para saber que se llamaba Gary y que era una bola de boliche. Lo supe desde un principio.

Principios de nuestra amistad

Eramos inseparables, a pesar de que llevarla era algo riesgoso... valía la pena. Cada vez que me levantaba de mi cama a llevármela a escondidas del extraño almacén donde la encerraban, los tipos raros con quién me había emborrachado anteriormente intentaban golpearme detenerme. "¡Déjenos en paz, nosotros nos amamos y no pueden hacer nada contra ello!"...Ejem, como decía cuando salía del clóset (no, no era gay) de la granja para asesinar... No, no, esperen, ese relato no era... Ah, sí, ya sé. Sentía una terrible inseguridad al salir con ella, de alguna forma todos nos miraban muy extraño, todos nos miraban, me perseguían, tenía que correr, tenía que irme del país. O del planeta, pero lamentablemente los insensibles de la NASA no accedieron a mis súplicas aún explicándole las razones.

Cuando estuve en el clímax del viaje mientras iba en bicicleta tratando de llegar a Oceanía -dónde hay mucho océano y podía vivir mi relación en paz en un mundo sub-acuático- un señor paró mi bicicleta y me sacó a patadas; era hora de irme, debía hacerlo...¡Ese era mi destino!. En ese entonces me encontré un citadino de Oceanía que me hablaba en lenguaje extraño: me decía que debía pagar por el entretenimiento o irme de la máquina... Ya me había dicho mi perro que todos los oceánicos están locos por tanta exposición al agua, así que salté sobre él y mi fiel amiga también lo hizo conmigo. Afortunadamente, el tipo se durmió y yo pude correr mientras los hombres de negro me perseguían para probar conmigo ese plan malvado. ¡Déjenme en paz! ¡No les diré dónde he escondido al OVNI, malditos naciosocialistas!

¡Sal de mi vida!

Alejados del mundo

Ya en Arabia Saudita, como dije anteriormente, me tuve que acostumbrar al catolicismo, ya que como decía mi abuela :"No hay nadie más católico que los musulmanes..."...Vieja desgraciada, por eso te pasó lo que te pasó. Yo y mi amiga estábamos alejados del mundo, así que le pregunté sobre sus aventuras y me dijo que casi todas habían sido por el suelo. Después de la larga charla le pregunté a mi mamá qué opinaba, el problema fué que luego de unos momentos me acordé que ella había muerto. Eso me hizo sentir triste, pero luego me acordé que murió tres años antes que naciera y me tranquilicé hablándo con mi bola de boliche. Oh, mi bola de boliche, tú eres la única que me entiendes, te amo.

Trágica separación

Un terrible día me proponía a jugar con mi amiga, y sucedió algo trágico: ella me golpeó con fuerza el pie; nunca lo superé. Hasta estos momentos la odio y deseo todos los días que muera lentamente, pero al mismo la amo con locura. He intentado golpearla muchas veces pero no ha dado resultado, siempre el lastimado termino siendo yo.

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