Acampadapolicia

Este artículo necesita ser ilustrado. Busca una afoto en Guguel o donde sea, ponla y que no sea pr0n, que se cabrea el señor del adSense y nos corta el grifo de los dólare. Y sin dólare no hay servidor...

acampadapolicia es una movimiento vertical y violento surgido a partir de las órdenes recibidas de la consejería de interior de la comunidad de Madrid.

Inicios

El día dos de agosto de 2011, recibimos instrucciones de desalojar un campamento perroflauta de la puerta del sol, las órdenes a seguir eran:

1. Que no se produjeran detenciones.
2. Que no se empleara material antidisturbios.
3. Que por todos los medios se impidiera a los acampados volver a Sol.

Según íbamos desalojando jipis y pulgas, nos dimos cuenta de que ese era un sitio cojonudo para aparcar las lecheras y plantar un par de tiendas, y ya de paso hacernos dueños y señores de la plaza para repartir hostias a placer. Nos tocaba los cojones estar saltándonos casi todo el título segundo de la constitución, de todas formas, la policía somos nosotros.

Primer día

Poco después de aparcar allí nuestras lecheras, montamos el primer par de tiendas y abrimos una cuenta en Twitter para poner nuestras exigencias.

1. Somos un movimiento vertical y violento
2. Queremos un helicóptero
3. ...

Inmediatamente montamos una comisión de información (infopol), dedicada a localizar y registrar twitteros peligrosos y subversivos (al parecer los perroflautas tenían una de información, pero para INFORMAR!!!, menudos idiotas).

Al poco tiempo, el ministerio del interior, atendiendo a nuestas exigencias nos dotó de un puto helicoptero con sopa ilimitada, las cosas iban realmente bien, y pedíamos identificación a todo el que pareciera un poco jipi. Cuando nos apetecía, los echábamos a empujones y cerrábamos la plaza. ¡Aquello eran buenos tiempos!

Segundo día

En una de las primeras reuniones, la brigada de Moratalaz propuso que abandonásemos la plaza, Leganitos bloqueaba, judicial hacía propuesta de consenso y sub-suelo no lo veía al final vino el inspector jefe repartiendo hostias y no hubo más remedio que quedarse.

Nos vimos obligados a establecernos en condiciones, con la intención de permanecer más tiempo allí, y publicamos los primeros planos de la acampada.

Por la noche, se nos empezaron a calentar las porras, pero no había manera de hostiar a nadie, los cabrones de los jipis no nos daban bola, y había cámaras por todas partes, nos tuvimos que conformar con detener a dos putos piojosos que llevaban la cámara apagada. Pero nos seguía faltando algo... no podíamos salir de la plaza sin dar un buen par de hostias bien dadas, encima los compañeros del puto sindicato les daban palmaditas en la espalda a esos perroflauta.

Hostias como panes

Era la nuestra, al día siguiente los niñatos de las asambleitas se habían separado en varios grupos, y unos de ellos pegaron un cartel en el ministerio de interior, ¡y tocaron el timbre!. ¡ya estaba! Desorden público, injurias, calumnias, resistencia a la autoridad, menudeo, prevaricación, cohecho... podíamos meterles lo que quisiéramos, pero lo más importante de todo, podíamos hostiarlos sin ton ni son, por fin empezaba la parte divertida, incluso para celebrarlo, detuvimos a un periodista que estaba en nuestro registro de twitteros. El muy cabrón estaba sentado en nuestro camino, y se lió a costillazos con la pierna de un compañero.