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Préstamo

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Archivo:Maloss.jpg ATENCIÓN

Este artículo es simple y llanamente malo. El autor tiene un humor de díficil comprensión para los frikipedistas en general o es que realmente no tiene ni puta gracia. Si crees que puedes mejorarlo inténtalo.



Un préstamo es una obligación no cambiaria entre un tomador y... ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

Bien, ahora que están dormidos podemos contar la verdadera naturaleza de los préstamos. Para ello recurriremos a una historieta.

Imaginense el ciudadano medio viendo la televisión media en la media parte de un programa mediocre. Empieza un nuevo anuncio, en el que se ofrece el nuevo televisor de plasta, o un piso en multipropiedad en Torrevieja-Alicante, o el nuevo zutroën 3,1416Caballos o una operación estética de rechinado láser de los chiripitiflautos. El ciudadano medio decide adquirir uno de estos bienes o servicios, pero como sus ahorros son dos botones y una rama de regaliz roída por un wombat, para ello necesita pedir dinero a alguien.

Primero acude a sus padres, a sus amigos, piensa incluso en prostituirse en Chueca... Hasta que, de nuevo, la publicidad le da la solución: Pedir un préstamo. Y no es más que eso: un préstamo es pedirle dinero a alguien que no confía en tí, para que puedas comprarte algo que realmente no necesitas e ir devolviendo el dinero (mas una mínima parte más) siglos después de lo que compraste se haya estropeado.

El préstamo tiene dos parámetros característicos fundamentales: El interés y el plazo. Y otros parámetros menores: Avales, comisiones, derecho de pernada...

Parámetros de un préstamo

Interés

Como dice el proverbio: Por el interés te quiero Andrés

El interés es un numerico que se sacan de la manga los prestamistas y que viene a significar que hay que devolver más dinero del que inicialmente se recibió. Es un poco ilógico, pues nadie en su sano juicio, por ejemplo si pide prestado una escalera de mano a un vecino, no se la devuelve con un peldaño de más. Pero, el mundillo de los banqueros es así.

Existen varias formas de calcular el interés que se aplica a un préstamo:

  • Método Bi-Oval: Este es el preferido de los banqueros, se aplica el interés que les sale de los huevos.
  • Tipo de referencia: En este mundo hay gente para todo, pues hay algunos que se dedican a hacer promedio de los intereses Bi-Ovales de los préstamos de muchos bancos, incluidos los bancos centrales, que son los que tienen el interés más pequeño, pero que sólo prestan a bancos. Normalmente sale un número muy pequeño, por lo que se hace un método semi-oval y se suma algo a este tipo de referencia.

También el tipo de interés puede ser fijo o variable. Fijo quiere decir que no cambiará con el tiempo, por mucho que le implores a Santa Rita de Casia o que seas amable con tu banquero. Con el variable, pues eso, que varía. Y cualquier cosa puede hacerlo cambiar, para tí, siempre a peor. Algunos ejemplos:

  • Que un elefante salte a la comba en la sabana africana: +0,5%
  • Que un aborígen australiano salve al nieto de Cocodrilo Dundee de ser violado por una avestruz en zelo: +3%
  • Que el Santo Padre diga que ya no existe el purgatorio y que están haciendo un concurso de creditores en su sociedad subsidiaria Lucifer S.L. : -0,0001%
  • Que al Presidente del Banco Central Europeo se le rompa un jinete burgundio de escayola mientras hace alpinismo en la estantería de su despacho con un sherpa tibetano y dos cabras lanudas: +33%

Plazo

El plazo no es el masculino de plaza, ya que como por todos es sabido las plazas se reproducen asexualmente. Es el tiempo que te da el banco para que le devuelvas el dinero. Hay que ser muy cauto al explicar el motivo del préstamo, porque si se pide para comprar un DeLorean con condensador de fluzo (lo que lo convierte en máquina del tiempo), el plazo puede alargarse viajando atrás en el tiempo tantas veces como el ombligo de Stephen Hawking resista a la torsión de las singularidades particulares, como pedirle un cleenex al propio abuelo el día anterior de su boda.

Normalmente, y para préstamos pequeños, el plazo puede ser inferior a los tres siglos, pero para las hipotecas se convierte en un contrato peor que el matrimonio, en el sentido que el banco (a partir del contrato, el marido) no va a ir de vacaciones con el pringao ni mucho menos menterse en la cama con él para calentarle los pies en una noche fría de noviembre.

Aval

El banquero, a pesar de lo que se pueda decir de las crisis galopantes en la que siempre nos han metido a los pringuis, es una persona conservadora. No va a soltar el dinero, que tan poco le cuesta de ganar, así como así. Tiene que asegurarse que el pardillo al que se lo presta se lo puede devolver.

Para esto se han empleado varios métodos a lo largo de tiempo:

  • Cartas astrales
  • Frenología exocraneal
  • Pinto-pinto gorgorito
  • Colonoscopia sin anestesia

entre otros. Pero el más común es pedir un aval.

El aval puede ser cualquier cosa que se pueda pagar con dinero, excepto sexo, drogas y armas. Puede ser un piso valorado muy por encima de su precio real, lo que convierte al préstamo en una hipoteca/contrato de matrimonio. También puede ser dinero de otra persona, con lo cual el préstamo se convierte en una fuente de mal rollo, porque si alguien que no es un banco tiene ese dinero, pero no te lo presta, pero convence al banco para que te lo preste... pues hasta el más rudo cerebro entiende que algo ahí falla.

Año de inbécilvención

Es muy difícil determinar a qué chorizo se le ocurrió prestar dinero a su amigo, para después apuñalarle por la espalda con los "pluses" esos que supuestamente venían en el contrato (repito, si lo había), y que, ciertamente, venían, pero en la hoja 443 del formulario (esa que casualmente sale una línea sí otra no por "fallos del tóner de la impresora", y a la que ningún ser vivo ha conseguido llegar sin sufrir un ataque epiléptico de 3er grado, excepto el espagueti volador). Además, para encontrar las cláusulas clavadas secretas del contrato, al pollo se le ocurrió incluir un juego: un intrincado e imposible laberinto de frasecitas con asteriscos que te llevaban de una página para otra. Para llegar a la 443, tenías que leer el contrato borracho de salmorejo, haciendo el pino y en una noche con eclipse solar, mientras que Saturno estuviera alineado con la Estrella de la Muerte y Tatooine.

Tras este párrafo rico en conocimientos, se procede a decir lo que anuncia el encabezado, que para eso es, coñe: los préstamos fueron inventados el día en que los nobles y la iglesia dejaron de tener el poder económico en el país, y pasó al Gobierno (o pelotón de chorizos con traje y corbata -menos Miguel Sebastián, que no la lleva nunca-). Antaño, tú pagabas tus diezmos a la iglesia y al noble de turno tan ricamente. Pero ahora, los malvados del traje te ahogan con impuestos sangrantes y cuotas fantasma que te amargan la vida. ¡Quien fuera un campesino medieval...! Con sus horarios de 18 horas, su sueldo inexistente, su única comida diaria a base de cebada, berenjenas o lo que fuese que plantaras.

Historia

La historia de los préstamos se inicia en la edad de piedra-papel-tijeras, en lo que hoy llamamos Italia, y que por entonces se llamaba Nonsiamounabotta.

Antes, la gente rica se guardaba el oro en casa, pero con la invención de los jinetes burgundios de escayola necesitaban más espacio. Así empezaron a pedir a los cambistas, que eran los que compraban y vendían el oro, que les guardasen la pasta para poder presumir de jinetes sin estorbo de esas engorrosas sacas llenas de vil metal.

Los cambistas también querían jinetes burgundios de escayola, así que se sacaron un invento de la manga. Dejar el oro que les habían dejado a otras personas, quedarse con su cara, y pedirles que, por el mal trago que pasaban cada vez que los dueños originales de oro les preguntaban, les devolvieran un poquito más de oro.

La iglesia, que también quería su parte, empezó a decir que eso era pecado, que si irían al infierno y que Norris les castigaría. Así que los cambistas tuvieron que volver a calcular la cantidad que les tenían que devolver, sumando la parte para sobornos eclesiásticos, también llamados bulas.

Pronto todo el mundo quiso su parte: los cambistas (convertidos en banqueros), los poderosos, la iglesia, el ejército, hacienda, hacendado, el Fari y un larguísimo etcétera.

Los préstamos en la suociedad actual

Actualmente, y según el I.T. (Institutonacionaldeestadística Todojunto), la primera preocupación de los espiñoles es la economía (la del país no, porque esa no le importa a nadie, -menos al Gobierno, que parece vivir en otro país- sino la de cada uno), con un 98,98989888868688658%. El 1,010101...% restante lo compone el pago de las cuotas del World of Warcraft, que no se incluye en cuestiones económicas por ser demasiado friki. Así, y tras unos sencillos cálculos, se deduce que el 89% de la población española es infeliz o pobre, y el 11% restante, no sabe/no contesta (mayores de 150 años, como Tío Gilito).

Archivo:Pizarra.gif
El profesor Bacterio (eminente científico de la TIA) con los mencionados cálculos.

Anotaciones de interés

  • Los préstamos existirán por siempre jamás, y todo aquel que dependa de uno irá perdiendo vida como si se la estuviera absorbiendo un dementor (ver Harry Petas y el Cantorrodao Milagroso).
  • El banco más grande del mundo está en Narnia (según se accede por el armario, coges la M-30 y a mano izquierda).
  • おだでぶ もゆょ た ぃぃきだを
  • La duración de los préstamos es tan larga que el PSOE con IU ha propuesto la ley del matrimonio bancario, que es como la ley de los matrimonios homosexuales, pero dejando claro quien es el que muerde almohada. Fuentes (de agua) cercanas al PP afirman que es perfectamente correcto (¿se nota que cobran también?)
  • En el año 2525 se espera que se acabe de pagar el préstamo más largo de la historia, el del camión manolito, que pasará de Don Manuel Gafotas a su hijo (Manuel Gafotas Jr) y sucesivamente a lo largo de los siglos amén.

Agradecimientos

Muchas gracias.

Para saber más

Búscate la vida, que yo me he roto el cráneo para componer esta definición. Si quieres saber más, pregunta al espagueti volador, que es omnipoderoso y todopresente. Si no estás conforme, ve esto: